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jueves, 21 de junio de 2018

REDIRECCIONAMOS: NUEVA WEB



Hoy por fin estamos de estreno. Nueva estación. Nuevo verano. Nuevos aires.  Hemos trabajado mucho y espero que el resultado sea de vuestro agrado. Os invito a conocer  mi nueva web:


Si os apetece seguir recibiendo los avisos de las entradas tenéis que escribir vuestro correo electrónico a continuación:


Ha sido muy bonito compartir estos años con vosotros a través de las redes. Ya hemos recorrido mucho camino juntos y me encantaría seguir haciéndolo.
Gracias miles por vuestro cariño.

También estoy en:

viernes, 8 de junio de 2018

viernes, 1 de junio de 2018



NUEVA WEB EN CONSTRUCCIÓN






Aunque penséis que estoy de vacaciones, no lo estoy. Ahora os cuento.

Tenemos una buena y gran noticia que daros: estamos trabajando en el lanzamiento de una página web nueva que unifique todo lo que estaba en mi web de Jimdo y en el blog de Blogger.


Es un proyecto bonito en el que estamos poniendo mucha ilusión y espero que os guste también a vosotros.

Por el momento, me pregunto si  os apetece aportar algo, vuestro pequeño granito de arena para intentar que la nueva web  sea lo más completa posible y/o  pueda incluir varias secciones nuevas. Para lo cual podrías ayudarnos:

¿QUÉ TEMAS NUEVOS TE GUSTARÍA QUE SE INCLUYESEN?


¿QUÉ SECCIONES TE INTERESAN ESPECIALMENTE?


Si crees que tienes algo curioso y novedoso que aportar, estaremos encantados de tenerte en cuenta.

Un abrazo y deseando poder compartir este nuevo proyecto con vosotros.






jueves, 24 de mayo de 2018

SECCIÓN SPECTACLE. LAS GRULLAS TE ENSEÑAN A VOLAR


 ¿SABES QUE LAS GRULLAS TE ENSEÑAN A VOLAR?

Supongo que todos tenemos esos días tontos en los que necesitas hablar con alguien que por edad y experiencia es capaz de darte una opinión más objetiva de tu realidad. Y, si después de la conversación, te regalan una grulla y te preguntan: ¿Sabes que las grullas te enseñan a volar? —sonríes y agradeces el detalle—. Entonces te sientes afortunada por tener la suerte de contar en tu vida con personas de este tamaño.

Y como soy un ser curioso, que siempre busca excusas para escribir, entonces exploro en Google y averiguo qué significado tiene este regalo: ¿Cuál es el aspecto más característico de la grulla? Descubro que es un ave que posee un simbolismo muy profundo. Despliega una sorprendente fiereza a la hora de defender su nido frente a los ataques de los depredadores lo que significa, claro está, que es una gran protectora de la familia. Y otra curiosidad más es que  la grulla manchú se empareja de por  vida, es por esta razón que su efigie aparece muy a menudo en los kimonos japoneses de boda.  También es considerada símbolo absoluto de la fidelidad y de la lealtad, y la casta Samurai ornamentó todo tipo de armas y escudos heráldicos con su imagen.

Resumiendo: La grulla es protección, fidelidad, lealtad, esperanza y amor de por vida.  No sé si dará resultado en eso del amor eterno, porque  la mía llega con un poco de retraso... Aun así, gracias por el regalo Peter Loga y  te prometo que, de forma simbólica, escucharé los consejos de la grulla sobre cómo volar. Aquí la dejaré en mi escritorio como testimonio material de tu metáfora.

Momento publicidad:  Ale Ponce e Ivette Solange, mis chilenas flamencas, compañeras de viaje en 2016, junto con Camilita Tchandía ya  investigaron al respecto  antes que yo sobre la grulla  y formaron un proyecto sociocultural en Chile llamado Casa Grulla, desde aquí, este pequeño y sincero impulso para ellas, por su tesón en mejorar el mundo, y porque también sé que los principios son duros, pero saber que ellas  ya están volando me alegra muchísimo.

Para más información sobre este proyecto:




miércoles, 23 de mayo de 2018

Y MAÑANA NUEVA SECCIÓN: SECCIÓN SPECTACLE


MAÑANA NUEVA SECCIÓN: SECCIÓN SPECTACLE.

Os cuento un poco de qué va esta nueva sección: de lo curioso.
¿Cómo miras tú el mundo? ¿Crees que hemos perdido la curiosidad por las cosas?
Yo amo las lentes, todo tipo de cámaras, de lupas, de gafas, de microscopios, o telescopios. Me emociona ver el mundo a través de ellas.  Antes todo me parecía digno de investigar como si fuera una pequeña Agatha Christie, con las eternas preguntas infantiles: Y... ¿por qué? Y... ¿para qué? que pronto dieron paso al: ¿Cómo, cuándo, dónde etc.?, y desembocaba en  un  estudio minucioso de las cosas.

Hay algo cierto, los objetos son y ocupan un lugar en el mundo por algo, no hay azar posible en el elemento material. Así que cuando descubro algo nuevo, cuando investigo y me emociona lo descubierto, me encanta compartirlo. Espero que a través de las entradas de esta nueva Sección Spectacle (que es el verbo mostrar en francés) consiga que la curiosidad en mí no muera y que algunos de vosotr@s disfrutéis de cosas que nunca antes os hubierais ni planteado leer, ver, investigar, etc.

Os invito a mirar conmigo.

lunes, 21 de mayo de 2018

SECCIÓN HOY ESCRIBO: CASUALIDAD&SINCRONICIDAD


Foto realizada por Araceli Capuchino.

ESTAR EN EL LUGAR ADECUADO EN EL TIEMPO PRECISO. CASUALIDAD& SINCRONICIDAD


Recibir un mensaje de whassap de una amiga con esta foto es un regalo que me hace sonreír. Que se acuerden de ti al verlo, que se esfuercen en parar el coche, bajarse y tomar esa instantánea con el móvil, eso no tiene precio.  Gracias mil.

Y en derivada, quiero hablar del momento casualidad. ¿Qué hay de verdad en eso de estar en el sitio adecuado en el momento preciso? Todo es  relativo y lleva puntos suspensivos. Tengo claro que toda búsqueda supone un esfuerzo, el buscador lo sabe, por eso siempre está en alerta activa. Nada llega por azar. Podríamos indicar que hay encuentros en primera y segunda persona que podrían parecer fruto de la casualidad, pero no es así; nada sucede por casualidad. Y, ¿qué escriben otros pensadores sobre este tema para iluminarme un poco?:

Jorge Luis Borges escribió sobre los seres que llegan a nuestra vida: Habrá de los que se llevarán mucho, pero no habrá de los que no nos dejarán nada” Y es que Borges opina, al igual que yo, que todo el mundo llega para dejarte un poso y llevarse algo de ti. Como si fuera un intercambio de conocimientos no necesariamente justo pero necesario.
Mario Benedetti también afirmó: “Somos una casualidad llena de intención”. Entonces, todo, está movido por intención, o lo que podríamos denominar ¿interés?, entiéndase entonces la casualidad con un valor añadido: el lado práctico. ¿Para qué ha llegado esta persona a mi vida?
Julio Cortázar apuntó además: “Y debo decirte que confío plenamente en la casualidad de haberte conocido”. Estaba enamorado y no podía ser de otro modo no dejarse llevar por un sentimiento tan profundo y esperanzador como lo es el amor. Confiaba plenamente en ella, no en la casualidad de haberla conocido, pero la frase le quedó de un  poético…

Definiré también la sincronicidad, porque creo que a veces estos términos  se confunden. Veamos ejemplos sencillos:  sincronicidad es eso que pasa cuando estás pensando en alguien y de repente suena el teléfono y es justo esa persona; o  bien  recuerdas un viaje y te salta un aviso del grupo para organizar el siguiente,  o estás organizando un evento y de repente empiezas a ver un montón de  publicidad al respecto. André Bretón nos habló del “azar objetivo” cuando existe coincidencia entre lo que una persona desea y lo que el mundo le ofrece. Y C.G. Jung determinó sobre las sincronicidades que son coincidencias temporales de dos o más sucesos relacionados entre sí de una manera no causal. Y que en determinados procesos de transición como muertes, divorcios, cambios de trabajo, etc. las personas son más propensas a las sincronicidades  probablemente por una reestructuración interna causada por la energía de la búsqueda.

En evolución, continuando mi encuentro interior, conectándome con el lado espiritual, me gusta mucho más el  término sincronicidad, porque quiero  pensar que llamo al universo y me ofrece una respuesta en la dirección que yo la he pedido. No obstante, os invito, con esta entrada, a que fluyamos dejándonos llevar por la intuición. Y ocurrirán sucesos no presionados que nos llevarán a la magia. ¿Dónde hay que firmar? 

jueves, 17 de mayo de 2018

SECCIÓN HOY ESCRIBO. ENCUENTROS

A veces la vida te regala seres con los que hablar el mismo idioma .
¿Y cómo fue? ¿Cómo explicar la simplicidad del momento?

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ENCUENTROS


—¿Podemos sentarnos?, pregunté con cierta suspicacia al ver que  aquella terraza  estaba a tope y tú sentada en una mesa de cuatro tan sola y a gusto. En realidad pensaba que sería una buena  forma de echarte.
—Sí, sí, sin problema. Hay tanta gente… —expusiste invitándonos a acompañarte.
—Pues ya somos tres. Gracias, contestamos.

No nos conocíamos de nada. Y sin embargo nos sentamos y comenzamos a hablar de  la vida como si fuéramos amigas de siempre, de los novios, de los amantes, de los viajes, de la familia  y, sobre todo, de nuestros sueños. Como confidentes anónimos. Creo que eso es lo que hizo que nos desahogáramos. Total, nunca nos volveríamos a encontrar. Estábamos quebradas. Sí. Las tres. Cada una por lo nuestro. Ningún detalle al respecto,  pero portábamos en la mochila cosas gordas:  un cáncer, una madre soltera  con dos hijas  y  ex marido ludópata que la dejó en la más inmensa de las ruinas. Pero esos temas nunca salieron a relucir.  Ni falta que hizo.

Eran aproximadamente las dos de la tarde de un domingo de otoño del año 2016, tal vez finales de octubre. Sonreíamos en la plaza de Lavapiés, en una terraza, tomando cervezas y aceitunas con patatas fritas de bolsa, bajo un sol que nos acariciaba el pelo. Y, por momentos,  parecíamos  tan felices y normales como el resto de la humanidad.

Hay encuentros interesantes en la vida. Atraparlos, guardarlos y cuidarlos para siempre con la alegría de volver a revivirlos, esa es la cuestión. Siempre hay espacios, distancias más bien,  que no nos permiten compartir nuestro tiempo con los seres que amamos. Y siempre hay excusas...  también. Pero por muchas que sean no sirven para romper esos lazos  rojos que por alguna extraña razón una vez quedaron unidos por el destino.




viernes, 11 de mayo de 2018

SECCIÓN HOY ILUSTRO. NO ME GUSTA EL CIRCO CON DOVE WHITE

En esta convocatoria de Surcando Ediciona se invirtieron los roles. Paloma, ( Dove White) realizó el texto y yo realicé la ilustración. Sed benévolonos no es mi oficio pero lo hice encantada.


No me gusta el circo.
Nunca me ha gustado el circo.
Siempre me ha parecido un lugar triste y desdichado.
Desde pequeña he tenido la sensación de que los que trabajaban en el circo eran desgraciados, y no podían sobrellevar su tristeza en otro lugar que no fuera el jodido circo.
Porque ―al fin y al cabo― en el circo, los artistas adoptaban un personaje, una ficción, una máscara.
Cuando veía una película ambientada en el circo siempre me encontraba con una tragedia griega, con una historia tremebunda, con unas vidas desesperadas.
En la película “El mayor espectáculo del mundo” del año 1952 hay una historia muy triste, la de un payaso encantador y muy risueño que esconde tras su maquillaje el inmenso dolor de tener que abandonar a su queridísima madre para esconderse de la justicia ya que antes de payaso fue un reputado médico que por una negligencia causó la muerte de un paciente y la policía lo busca para enchironarlo.
James Stewart daba vida al payaso-médico o al médico-payaso que salía haciendo sus gracias entre número y número circense.
Pero lo que verdaderamente me hacía llorar y que se me saltaran las lágrimas era cuando el pobre payaso se acercaba a las gradas y se sentaba junto a una encantadora ancianita con sombrerito y la abrazaba y besaba con gran ternura mientras  la señora se secaba las lágrimas.
Claro, era su madre que  seguía al circo  de ciudad en ciudad para poder  ver a su querido hijo  y estar junto a él aunque sólo fuera unos momentos.
James Stewart estaba sublime en esa película.
Y más sublime aún estaba cuando durante  un terrible accidente de tren  el circo queda destrozado,  y  tiene que atender a los heridos viéndose su pericia como cirujano descubriéndose el pastel.
Los amores contrariados y trágicos y los “menage a trois”, en esa película también ofrecen su espectáculo de tristeza y lágrimas.
Total, que la película es maravillosa pero sigo pensando que el circo me resulta detestable.
Un circo en plena meseta castellana con la trágica historia de amor entre Puck, el payaso, y Cecilia, guapa y ambiciosa también me hizo llorar mucho.
No por las artimañas de la zorra de Cecilia que le tiene al pobre Puck al borde del colapso mental y del otro sino por el papelón de la pobre Lina, la buena muchacha, que siempre ha amado a Puck y ve como Cecilia intenta arrebatárselo.
Se trata de la célebre zarzuela Las golondrinas.
De nuevo a llorar y a acordarme de los ancestros de los que inventaron el circo.
Es muy posible que exagere.
El circo tiene sus cosas buenas también.
Pero los payasos siempre me han dado pavor. Y no hablo de los payasos psicópatas y asesinos que tan de moda están ahora, sino por las trazas de los susodichos.
Cuando era  muy niña, mi padre me llevaba al famoso Circo Price a una gala de Reyes y me hacían fotografías con los payasos ― que serían muy buenas personas― pero a mí me daban mucho miedo.
Precisamente, tengo una fotografía en la que se me ve pequeña, muy mona, con una carita de susto impresionante junto a un payaso sonriente y paciente que está intentando hacerme reír pero que no lo consigue del todo.

Volviendo a la actualidad de mi vida, los célebres Payasos de la tele me caían bastante mal.
Las canciones que cantaban como La gallina Turuleta, Susanita tiene un ratón, Mi barba tiene tres pelos, Feliz, feliz en tu día, etc, se me atragantaban.
Bueno, tal vez las canciones, no, pero ellos sí.
Ni Fofó, ni Miliki, ni Milikito, ni Gaby,  ni ninguno.
No era una niña porque ya tenía más años que el hilo negro cuando televisaban a los dichosos payasos, pero  no los tragaba. ¡Qué le vamos a hacer!
Cuando escuchaba a Fofó preguntar  ¿cómo están ustedes? me piraba.
Hay otras películas, historias, novelas y cuentos.
Uno de ellos era Martita en el circo, uno de mis preferidos.
Siempre que iba con mi padre a la biblioteca de la Telefónica en  el Centro Cultural Deportivo que la Compañía poseía en la Gran Vía de Madrid pasaba las horas muertas leyendo los libros de la colección de la cursi de Martita.
Entonces, tal vez, no odiaba tanto el circo, jajajajajaja.
En el fascinante y “espeso” mundo de la ópera, Pagliacci se lleva mi aplauso soberano porque es un dramón muy mediterráneo.
El lugar de la acción es un pueblecito de la Calabria italiana durante una fiesta religiosa, La Asunción, y a mediados del siglo XIX.
Total, drama asegurado por celos y cuernos.
No voy a contar la historia de celos, pasión y muerte de esta afamada ópera porque parece algo repetitivo pero el momento, momentazo del tenor lírico cantando y llorando Vesti la giubba es algo sublime y llorar se llora como un descosido.
Yo siempre he llorado al escuchar esta aria tan trágica.
Un pobre payaso que sólo sirven para que se rían de él como su mujer, Nedda, que se la pega con Silvio.
En fin que  aparte de los dramas, las tragedias, las lágrimas, y las emociones que despierta el circo y las alegrías de los payasos, los malabaristas, trapecistas y domadores, a pesar de que los circos con animales están en el entredicho y están empezando a prohibirlos, el circo es el mayor espectáculo del mundo.
Y no porque lo diga Cecil B. De Mille, es que lo digo yo aunque no me guste.
Paloma Muñoz
Dedicado al Circo Price
Madrid, 9 de abril 2018


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