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jueves, 24 de mayo de 2018

SECCIÓN SPECTACLE. LAS GRULLAS TE ENSEÑAN A VOLAR


 ¿SABES QUE LAS GRULLAS TE ENSEÑAN A VOLAR?

Supongo que todos tenemos esos días tontos en los que necesitas hablar con alguien que por edad y experiencia es capaz de darte una opinión más objetiva de tu realidad. Y, si después de la conversación, te regalan una grulla y te preguntan: ¿Sabes que las grullas te enseñan a volar? —sonríes y agradeces el detalle—. Entonces te sientes afortunada por tener la suerte de contar en tu vida con personas de este tamaño.

Y como soy un ser curioso, que siempre busca excusas para escribir, entonces exploro en Google y averiguo qué significado tiene este regalo: ¿Cuál es el aspecto más característico de la grulla? Descubro que es un ave que posee un simbolismo muy profundo. Despliega una sorprendente fiereza a la hora de defender su nido frente a los ataques de los depredadores lo que significa, claro está, que es una gran protectora de la familia. Y otra curiosidad más es que  la grulla manchú se empareja de por  vida, es por esta razón que su efigie aparece muy a menudo en los kimonos japoneses de boda.  También es considerada símbolo absoluto de la fidelidad y de la lealtad, y la casta Samurai ornamentó todo tipo de armas y escudos heráldicos con su imagen.

Resumiendo: La grulla es protección, fidelidad, lealtad, esperanza y amor de por vida.  No sé si dará resultado en eso del amor eterno, porque  la mía llega con un poco de retraso... Aun así, gracias por el regalo Peter Loga y  te prometo que, de forma simbólica, escucharé los consejos de la grulla sobre cómo volar. Aquí la dejaré en mi escritorio como testimonio material de tu metáfora.

Momento publicidad:  Ale Ponce e Ivette Solange, mis chilenas flamencas, compañeras de viaje en 2016, junto con Camilita Tchandía ya  investigaron al respecto  antes que yo sobre la grulla  y formaron un proyecto sociocultural en Chile llamado Casa Grulla, desde aquí, este pequeño y sincero impulso para ellas, por su tesón en mejorar el mundo, y porque también sé que los principios son duros, pero saber que ellas  ya están volando me alegra muchísimo.

Para más información sobre este proyecto:




miércoles, 23 de mayo de 2018

Y MAÑANA NUEVA SECCIÓN: SECCIÓN SPECTACLE


MAÑANA NUEVA SECCIÓN: SECCIÓN SPECTACLE.

Os cuento un poco de qué va esta nueva sección: de lo curioso.
¿Cómo miras tú el mundo? ¿Crees que hemos perdido la curiosidad por las cosas?
Yo amo las lentes, todo tipo de cámaras, de lupas, de gafas, de microscopios, o telescopios. Me emociona ver el mundo a través de ellas.  Antes todo me parecía digno de investigar como si fuera una pequeña Agatha Christie, con las eternas preguntas infantiles: Y... ¿por qué? Y... ¿para qué? que pronto dieron paso al: ¿Cómo, cuándo, dónde etc.?, y desembocaba en  un  estudio minucioso de las cosas.

Hay algo cierto, los objetos son y ocupan un lugar en el mundo por algo, no hay azar posible en el elemento material. Así que cuando descubro algo nuevo, cuando investigo y me emociona lo descubierto, me encanta compartirlo. Espero que a través de las entradas de esta nueva Sección Spectacle (que es el verbo mostrar en francés) consiga que la curiosidad en mí no muera y que algunos de vosotr@s disfrutéis de cosas que nunca antes os hubierais ni planteado leer, ver, investigar, etc.

Os invito a mirar conmigo.

lunes, 21 de mayo de 2018

SECCIÓN HOY ESCRIBO: CASUALIDAD&SINCRONICIDAD


Foto realizada por Araceli Capuchino.

ESTAR EN EL LUGAR ADECUADO EN EL TIEMPO PRECISO. CASUALIDAD& SINCRONICIDAD


Recibir un mensaje de whassap de una amiga con esta foto es un regalo que me hace sonreír. Que se acuerden de ti al verlo, que se esfuercen en parar el coche, bajarse y tomar esa instantánea con el móvil, eso no tiene precio.  Gracias mil.

Y en derivada, quiero hablar del momento casualidad. ¿Qué hay de verdad en eso de estar en el sitio adecuado en el momento preciso? Todo es  relativo y lleva puntos suspensivos. Tengo claro que toda búsqueda supone un esfuerzo, el buscador lo sabe, por eso siempre está en alerta activa. Nada llega por azar. Podríamos indicar que hay encuentros en primera y segunda persona que podrían parecer fruto de la casualidad, pero no es así; nada sucede por casualidad. Y, ¿qué escriben otros pensadores sobre este tema para iluminarme un poco?:

Jorge Luis Borges escribió sobre los seres que llegan a nuestra vida: Habrá de los que se llevarán mucho, pero no habrá de los que no nos dejarán nada” Y es que Borges opina, al igual que yo, que todo el mundo llega para dejarte un poso y llevarse algo de ti. Como si fuera un intercambio de conocimientos no necesariamente justo pero necesario.
Mario Benedetti también afirmó: “Somos una casualidad llena de intención”. Entonces, todo, está movido por intención, o lo que podríamos denominar ¿interés?, entiéndase entonces la casualidad con un valor añadido: el lado práctico. ¿Para qué ha llegado esta persona a mi vida?
Julio Cortázar apuntó además: “Y debo decirte que confío plenamente en la casualidad de haberte conocido”. Estaba enamorado y no podía ser de otro modo no dejarse llevar por un sentimiento tan profundo y esperanzador como lo es el amor. Confiaba plenamente en ella, no en la casualidad de haberla conocido, pero la frase le quedó de un  poético…

Definiré también la sincronicidad, porque creo que a veces estos términos  se confunden. Veamos ejemplos sencillos:  sincronicidad es eso que pasa cuando estás pensando en alguien y de repente suena el teléfono y es justo esa persona; o  bien  recuerdas un viaje y te salta un aviso del grupo para organizar el siguiente,  o estás organizando un evento y de repente empiezas a ver un montón de  publicidad al respecto. André Bretón nos habló del “azar objetivo” cuando existe coincidencia entre lo que una persona desea y lo que el mundo le ofrece. Y C.G. Jung determinó sobre las sincronicidades que son coincidencias temporales de dos o más sucesos relacionados entre sí de una manera no causal. Y que en determinados procesos de transición como muertes, divorcios, cambios de trabajo, etc. las personas son más propensas a las sincronicidades  probablemente por una reestructuración interna causada por la energía de la búsqueda.

En evolución, continuando mi encuentro interior, conectándome con el lado espiritual, me gusta mucho más el  término sincronicidad, porque quiero  pensar que llamo al universo y me ofrece una respuesta en la dirección que yo la he pedido. No obstante, os invito, con esta entrada, a que fluyamos dejándonos llevar por la intuición. Y ocurrirán sucesos no presionados que nos llevarán a la magia. ¿Dónde hay que firmar? 

jueves, 17 de mayo de 2018

SECCIÓN HOY ESCRIBO. ENCUENTROS

A veces la vida te regala seres con los que hablar el mismo idioma .
¿Y cómo fue? ¿Cómo explicar la simplicidad del momento?

.
ENCUENTROS


—¿Podemos sentarnos?, pregunté con cierta suspicacia al ver que  aquella terraza  estaba a tope y tú sentada en una mesa de cuatro tan sola y a gusto. En realidad pensaba que sería una buena  forma de echarte.
—Sí, sí, sin problema. Hay tanta gente… —expusiste invitándonos a acompañarte.
—Pues ya somos tres. Gracias, contestamos.

No nos conocíamos de nada. Y sin embargo nos sentamos y comenzamos a hablar de  la vida como si fuéramos amigas de siempre, de los novios, de los amantes, de los viajes, de la familia  y, sobre todo, de nuestros sueños. Como confidentes anónimos. Creo que eso es lo que hizo que nos desahogáramos. Total, nunca nos volveríamos a encontrar. Estábamos quebradas. Sí. Las tres. Cada una por lo nuestro. Ningún detalle al respecto,  pero portábamos en la mochila cosas gordas:  un cáncer, una madre soltera  con dos hijas  y  ex marido ludópata que la dejó en la más inmensa de las ruinas. Pero esos temas nunca salieron a relucir.  Ni falta que hizo.

Eran aproximadamente las dos de la tarde de un domingo de otoño del año 2016, tal vez finales de octubre. Sonreíamos en la plaza de Lavapiés, en una terraza, tomando cervezas y aceitunas con patatas fritas de bolsa, bajo un sol que nos acariciaba el pelo. Y, por momentos,  parecíamos  tan felices y normales como el resto de la humanidad.

Hay encuentros interesantes en la vida. Atraparlos, guardarlos y cuidarlos para siempre con la alegría de volver a revivirlos, esa es la cuestión. Siempre hay espacios, distancias más bien,  que no nos permiten compartir nuestro tiempo con los seres que amamos. Y siempre hay excusas...  también. Pero por muchas que sean no sirven para romper esos lazos  rojos que por alguna extraña razón una vez quedaron unidos por el destino.




viernes, 11 de mayo de 2018

SECCIÓN HOY ILUSTRO. NO ME GUSTA EL CIRCO CON DOVE WHITE

En esta convocatoria de Surcando Ediciona se invirtieron los roles. Paloma, ( Dove White) realizó el texto y yo realicé la ilustración. Sed benévolonos no es mi oficio pero lo hice encantada.


No me gusta el circo.
Nunca me ha gustado el circo.
Siempre me ha parecido un lugar triste y desdichado.
Desde pequeña he tenido la sensación de que los que trabajaban en el circo eran desgraciados, y no podían sobrellevar su tristeza en otro lugar que no fuera el jodido circo.
Porque ―al fin y al cabo― en el circo, los artistas adoptaban un personaje, una ficción, una máscara.
Cuando veía una película ambientada en el circo siempre me encontraba con una tragedia griega, con una historia tremebunda, con unas vidas desesperadas.
En la película “El mayor espectáculo del mundo” del año 1952 hay una historia muy triste, la de un payaso encantador y muy risueño que esconde tras su maquillaje el inmenso dolor de tener que abandonar a su queridísima madre para esconderse de la justicia ya que antes de payaso fue un reputado médico que por una negligencia causó la muerte de un paciente y la policía lo busca para enchironarlo.
James Stewart daba vida al payaso-médico o al médico-payaso que salía haciendo sus gracias entre número y número circense.
Pero lo que verdaderamente me hacía llorar y que se me saltaran las lágrimas era cuando el pobre payaso se acercaba a las gradas y se sentaba junto a una encantadora ancianita con sombrerito y la abrazaba y besaba con gran ternura mientras  la señora se secaba las lágrimas.
Claro, era su madre que  seguía al circo  de ciudad en ciudad para poder  ver a su querido hijo  y estar junto a él aunque sólo fuera unos momentos.
James Stewart estaba sublime en esa película.
Y más sublime aún estaba cuando durante  un terrible accidente de tren  el circo queda destrozado,  y  tiene que atender a los heridos viéndose su pericia como cirujano descubriéndose el pastel.
Los amores contrariados y trágicos y los “menage a trois”, en esa película también ofrecen su espectáculo de tristeza y lágrimas.
Total, que la película es maravillosa pero sigo pensando que el circo me resulta detestable.
Un circo en plena meseta castellana con la trágica historia de amor entre Puck, el payaso, y Cecilia, guapa y ambiciosa también me hizo llorar mucho.
No por las artimañas de la zorra de Cecilia que le tiene al pobre Puck al borde del colapso mental y del otro sino por el papelón de la pobre Lina, la buena muchacha, que siempre ha amado a Puck y ve como Cecilia intenta arrebatárselo.
Se trata de la célebre zarzuela Las golondrinas.
De nuevo a llorar y a acordarme de los ancestros de los que inventaron el circo.
Es muy posible que exagere.
El circo tiene sus cosas buenas también.
Pero los payasos siempre me han dado pavor. Y no hablo de los payasos psicópatas y asesinos que tan de moda están ahora, sino por las trazas de los susodichos.
Cuando era  muy niña, mi padre me llevaba al famoso Circo Price a una gala de Reyes y me hacían fotografías con los payasos ― que serían muy buenas personas― pero a mí me daban mucho miedo.
Precisamente, tengo una fotografía en la que se me ve pequeña, muy mona, con una carita de susto impresionante junto a un payaso sonriente y paciente que está intentando hacerme reír pero que no lo consigue del todo.

Volviendo a la actualidad de mi vida, los célebres Payasos de la tele me caían bastante mal.
Las canciones que cantaban como La gallina Turuleta, Susanita tiene un ratón, Mi barba tiene tres pelos, Feliz, feliz en tu día, etc, se me atragantaban.
Bueno, tal vez las canciones, no, pero ellos sí.
Ni Fofó, ni Miliki, ni Milikito, ni Gaby,  ni ninguno.
No era una niña porque ya tenía más años que el hilo negro cuando televisaban a los dichosos payasos, pero  no los tragaba. ¡Qué le vamos a hacer!
Cuando escuchaba a Fofó preguntar  ¿cómo están ustedes? me piraba.
Hay otras películas, historias, novelas y cuentos.
Uno de ellos era Martita en el circo, uno de mis preferidos.
Siempre que iba con mi padre a la biblioteca de la Telefónica en  el Centro Cultural Deportivo que la Compañía poseía en la Gran Vía de Madrid pasaba las horas muertas leyendo los libros de la colección de la cursi de Martita.
Entonces, tal vez, no odiaba tanto el circo, jajajajajaja.
En el fascinante y “espeso” mundo de la ópera, Pagliacci se lleva mi aplauso soberano porque es un dramón muy mediterráneo.
El lugar de la acción es un pueblecito de la Calabria italiana durante una fiesta religiosa, La Asunción, y a mediados del siglo XIX.
Total, drama asegurado por celos y cuernos.
No voy a contar la historia de celos, pasión y muerte de esta afamada ópera porque parece algo repetitivo pero el momento, momentazo del tenor lírico cantando y llorando Vesti la giubba es algo sublime y llorar se llora como un descosido.
Yo siempre he llorado al escuchar esta aria tan trágica.
Un pobre payaso que sólo sirven para que se rían de él como su mujer, Nedda, que se la pega con Silvio.
En fin que  aparte de los dramas, las tragedias, las lágrimas, y las emociones que despierta el circo y las alegrías de los payasos, los malabaristas, trapecistas y domadores, a pesar de que los circos con animales están en el entredicho y están empezando a prohibirlos, el circo es el mayor espectáculo del mundo.
Y no porque lo diga Cecil B. De Mille, es que lo digo yo aunque no me guste.
Paloma Muñoz
Dedicado al Circo Price
Madrid, 9 de abril 2018


Esta entrada se publicó por primera vez en:

Dove White. Más información:
https://www.facebook.com/DoveWhiteIlustracionYFotografia/

https://www.facebook.com/DoveWhiteElRetiroImagenes/

martes, 8 de mayo de 2018

SECCIÓN HOY RECUPERO. MARCIANOS EN GUADAMUR.

Un poco de humor, por favor.

Marcianos en Guadamur.
Comunicado local 1: A las doce horas de hoy una niebla espesa de color azul pitufo se ha situado en la localidad de Guadamur formando un anillo de protección perimetral que es perfectamente observable a través del satélite Google Maps. Los habitantes del pueblo dicen que muchos seres azules de aspecto humanoide, con cabelleras amarillas y de complexión delgada inundan las calles. No son peligrosos: sonríen y saludan.  Hablan a trompicones en una especie de dialecto mixto. Algo así como: Miau, ¡hola!, guau ¿qué tal? Dale la patita, saluda…, oigg, oigg, esto mola, kikiriki. ¡Ni caso!  Y es que creo que han conjugado los sonidos animales y humanos y tienen un popurrí-jaleo lingüístico bastante importante.
Yo, como máxima autoridad, alcalde en funciones, ya me he dirigido a algunos de ellos y les he dado tarjeta de presentación. Distintas opciones viables: unos se ríen, otros se la han comido, otros la han convertido en cenizas con los ojos, otros simplemente han hecho una bolita apretada y la han tirado  al suelo. En fin, es difícil comunicarse con ellos. Les he preguntado por su gran jefe y les he invitado a una reunión protocolaria a las tres de la tarde en la plaza. Todos mis esfuerzos por establecer el contacto pacífico.
Comunicado local 2: Cinco minutos antes de la hora los  extraterrestres han aparecido a bordo de plataformas volantes con forma de hamburguesa y tras ubicarse frente a la Corporación Municipal han bailado la canción de Ricky Martin con Maluma: Vente pa ca. Ha sido un momento digno de televisar, ya que han coreografiado un reguetón para dar la bienvenida a su dignatario Muschogusto XXI, que ha aparecido subido en una especie de lechuga gigante.                                                                                                                                                                                         Sobrecogido por tanta solemnidad y despliegue de medios, y a sabiendas de sentirme ridículo,  he soltado una paloma de la paz que acababa de traer Manolo el secretario. Los animales voladores no les gustan, definitivamente ha sido un error, y con un disparo láser se la han cargado.


Ilustración de Rafa Mir

Comunicado local 3: Son las cuatro de la tarde. Los extraterrestres tienen hambre. Ya se han comido todos los ciruelos del pueblo, con troncos incluidos. Nadie sabe por qué les han  gustado tanto estos árboles.
En principio, ningún habitante de Guadamur puede salir del anillo de niebla y nadie puede entrar. La niebla tiene electricidad repelente que no permite acercarse a ella. Las comunicaciones se están manteniendo a través de las cuentas de Twitter, Facebook y por otras redes sociales. Se ha abierto un cibercafé en el ayuntamiento para que la gente que no tenga internet pueda comunicarse con sus seres queridos que se encuentran fuera. Se ha montado un lío muy gordo cuando los del geriátrico han descubiertos las páginas calientes abiertas, tanto que no querían irse.
Comunicado local 4: Son las 18.00 h. Hace dos horas pedí al presidente del Gobierno y otras autoridades de las Fuerzas Aéreas que mandasen al pueblo un convoy de helicópteros para desalojarlo.  Acaban de contestar. Las autoridades españolas piensan que, dado que han tenido contacto con extraterrestres, no es buena idea que por el momento salga nadie de aquí.  Han preferido establecer un nuevo perímetro de cuarentena y dejarnos a nuestra suerte hasta comprobar qué es lo que quieren exactamente los marcianos. Son palabras muy alentadoras… A tu lado siempre, señor presidente. ¡Con el partido hasta la muerte!
Comunicado local 5: Son las 21.00 h del día uno de esta divertida invasión y se han realizado los primeros envíos de suministros a la zona por parte de Cruz Roja vía aérea. Tanto los habitantes como los recién llegados han recibido los paquetes con los brazos abiertos y a alguno le han tenido que llevar al centro de salud por partirse la cabeza.
Comunicado local 6: Durante las cenas, a eso de las diez, ha habido cierta calma. Los extraterrestres se han comido hasta los paquetes de cartón. Y hacen sus necesidades en una cloaca común que han ubicado en la fuente de la plaza del ayuntamiento. Las heces son de color azul también, no huelen y son biodegradables, tardan exactamente cinco minutos en desaparecer. Un nuevo caso para investigar en Cuarto Milenio.
Comunicado  local 7:  Todavía no he conseguido distinguir quiénes son de sexo femenino y quiénes de sexo masculino. Andan siempre detrás los unos de los otros metiéndose mano y riéndose. La noche no los asusta, creemos que tienen visión nocturna. Algunos se han instalado muy cómodamente en hogares previa patada en el culo al hombre de la casa que ha salido disparado por la ventana. Se han computado en veinte los afectados hasta el momento y el centro de salud no puede dar abasto a tanto descalabro y fractura de brazos y piernas, por lo que se ruega un nuevo envío de material sanitario y personal médico. He realizado un comunicado vía altavoz municipal para abrir las puertas del polideportivo como lugar de acogida provisional para todos aquellos hombres pataleados que quieran acudir. Se darán mantas, cubos y agua para pasar la noche.
Comunicado local 8: Me olvidé comentar entre el comunicado cuatro y cinco que la policía local  y la Guardia Civil está toda en la cárcel.  Los  marcianos los arrinconaron,  les quitaron las pistolas, porras y teléfonos móviles. Me siento solo ante el peligro. Creo que no saben que yo soy la máxima autoridad, o si lo saben, ni les importa. No debo de ser ninguna amenaza. En cuanto a mis vecinos, están todos muy nerviosos. Y yo no sé qué hacer ni qué decir. No estaba preparado para una situación de emergencia tan colosal como esta, ni siquiera acudí al curso de primeros auxilios de los bomberos.
Comunicado local 9: Son las 23.00 h. Los  extraterrestres están empezando a instalarse en las camas matrimoniales y algunos incluso han conseguido mantener relaciones consentidas con mujeres casadas. Por el momento yo me estoy manteniendo a salvo porque no he comido ni he bebido nada en todo el día. No me fío. Creo que están drogándonos.
Algunas de esas mujeres han repetido incluso dos y tres veces como poco, y otras han perdido la cuenta y el conocimiento. Las que han conseguido salir de sus hogares han ido a buscar a Yolanda, la asistenta social, diciendo que han tenido encuentros cósmicos y demás idioteces. Yolanda ha entrado en “modo cachondo” tras escuchar los relatos de algunas de ellas, y se ha ido a buscar a uno de los marcianos que debe de ser la bomba. Llevo toda la noche escuchando gritos de placer por todas partes. Es un éxtasis dionisíaco y está todo el mundo salido menos yo, que como ya os he informado, no he bebido ni he comido nada. Creo que poseen algún poder sobrenatural y que someten a los cerebros a un eco porque la gente no puede pensar con claridad.
Comunicado local 10: Algunos marcianos también fueron al polideportivo a eso de las doce de la noche. Algunos hombres también sucumbieron al eco. Y no hay sentimiento de culpabilidad en ninguno de ellos.
Comunicado local 11: A la una de la madrugada he vuelto a solicitar como medida urgente que retiren a los niños y a los ancianos de este lugar. La guardería, el colegio y el geriátrico se han instalado en la iglesia. Allí, por algún extraño motivo, no entran los marcianos. Las autoridades españolas han considerado que es una buena medida para que no pierdan las clases de mañana ni se vean afectados por el fenómeno. Así que han mandado el convoy de helicópteros con cestas para recogerlos. A las dos de la madrugada del día uno ya no había ni niños ni ancianos en el pueblo. Se ha montado la fiesta más gorda del mundo, eso sí, sin alcohol.
Ilustración de Rafa MIr.


Comunicado local 12: Son las tres de la madrugada. Todos se han vuelto locos de tanto frenesí.  Hasta yo mismo. Lo reconozco.
Comunicado local 13: Miro el reloj y veo que son las diez de la mañana. Sé que tengo que informar de algo, pero no sé qué castaña ha pasado desde el último comunicado. Me siento feliz. Creo incluso que he rejuvenecido. Estoy sentado en la torre de la campana de la iglesia  donde tengo cobertura con el portátil y ya no veo la niebla alrededor: se ha disipado. Y con ella los marcianos, tampoco se escuchan. Siento una cierta lástima porque se han ido así sin despedirse.  Pero bueno, me duele la cabeza. Confío en que se pasen los efectos del eco.
Tendría que haber sido abogado, siempre me lo decía el abuelo Fermín. Me iba a forrar gestionando los divorcios de todo el pueblo. Pero no le hice caso y tendré que mediar… Es lo que tiene, ¿no?
**Reflexión final. Cierto es que yo y mi adorado pueblo se merecían un libro de seiscientas páginas por todas las cosas que tenemos aquí, y no por haber sido pasto de estos marcianos a través de trece comunicados a nivel nacional. Pero este hombre delgado, sencillo, con traumas matemáticos, al que le gusta la jardinería y la cocina, que nunca se casó y que se considera despistado y de alma artista, no podía dejar de contar entre fonética y dramática lo que aconteció en este lugar ayer. Por cierto, me llamo Miguel Ángel y realmente no soy el alcalde, sino un actor en paro con sentido del humor, pero eso tampoco importa ya. Nos lo hemos pasado genial.
Olga Ruiz.









Esta entrada fue publicada por primera vez en  Surcando Ediciona

Las ilustraciones pertenecen a Rafa Mir:




miércoles, 2 de mayo de 2018

SECCIÓN HOY RECUPERO. QUEEN OF ROCK

Queen of Rock.
—Me llamo Anna Mae Bullock y nací en Nutbush, Tenessee, en el año 1939. Mi familia cultivaba algodón, recogía algodón, dormía y vivía por y para el algodón. Y yo lo odiaba: el sol picándome la piel, los labios agrietados, las manos arañadas, las hileras interminables de la plantación, y las extenuantes jornadas recolectando las malditas borras blancas. Acres pateados durante catorce horas diarias para conseguir la materia prima más limpia, a mano. En medio de todo, cantaba con la furia de una guerrera, gritaba a la tierra fértil y al cielo, a ratos, incluso aullaba. Así fue como comenzó todo: desde el fondo y con la rabia por bandera. Una mañana llené una maleta diminuta y subí a un carromato que circulaba por la antigua autopista 19. Había pensado tanto en ello que cuando me marché  no sentí el más mínimo remordimiento. Me hice una promesa: nunca más volvería a pisar esos campos pasara lo que pasara.
»Mi primer destino fue San Luis. Allí no tardé en matricularme en el Summer High School y comencé a cantar en pequeñas cafeterías y clubes nocturnos, de esos en los que de vez en cuando un negro le da un botellazo en la cabeza a otro. Lugares donde se gestaban leyendas urbanas como aquella que explicaba cómo a uno le habían cortado el pescuezo mientras meaba. ¿Sabes de qué hablo?
Moví la cabeza y seguí apuntando todo.
—Trabajar de noche en los clubes era peligroso, y sobre todo si vendían alcohol después del cierre, que era en la mayoría de los casos, intentaba que me escoltara a casa algún compañero de la banda. De San Luis no recuerdo mucho más que el ambiente nocturno. Cuando llegué era una ciudad en expansión, con rascacielos y gente viviendo en eso que llamaban manzanas de pisos. Muy ortogonal en cuanto a planeamiento urbanístico, muy evidente para pasear y situarse. Pero sobre todo, con unas maravillosas puestas de sol. Eso sí que lo recuerdo de una forma muy especial.
»Sucedieron muchas cosas en aquellos primeros años: contratos como cantante, compositora, bailarina y actriz. En general, espectáculos de poca monta, lo justo para empezar. Fue precisamente en el Club Imperial donde conocí a mi futuro marido Ike, con el que empecé a cantar a los dieciocho años en nuestro propio dúo. Éramos tan jóvenes y teníamos tanta vitalidad que no era extraño que actuáramos todos los días a cambio de un alojamiento lo suficientemente digno. Cuestión de ilusión y de amor, porque en aquellos días nos amábamos de lo lindo; podíamos pasarnos todo el tiempo debajo de las sábanas, sin comer, abandonándonos  locamente… En fin —gesto resignado—. Ike era muy temperamental y, sobre todo, mucho más decidido que yo, y eso ya era mucho decir. En el año 1960 presentamos nuestro primer sencillo, A fool in love, que fue un éxito de ventas en el mercado estadounidense y europeo. A partir de ahí, todo parecía sonreírnos. Éramos jóvenes y ganábamos mucho “money”. —Se ríe y ladea la cabeza atusándose el pelo.  Entonces coge una fotografía en blanco y negro con la mano derecha—.  Guapos, lo que se dice guapos, no éramos, pero lo compensábamos con nuestra puesta en escena  y el espectáculo rítmico de nuestras actuaciones. Nadie que nos conociera en aquella época podría decir lo contrario. ¿Sabías que en los primeros conciertos la gente estaba sentada?
—No, no tenía ni idea.
—Pues sí, pero cuando empezamos nosotros, no podían reprimirse y terminaban sobre las sillas de madera gritando, saltando, sudando, y algunos, los del fondo, incluso metiéndose mano. Madre mía, ¡qué tiempos!
»Un poco más tarde compusimos temas mucho más rockeros como Come TogetherHonky Tonk Woman y I Want to Take You Higher. En general, el público no estaba acostumbrado a nuestros directos. Eran orgásmicos, incluso obscenos (según algunos medios conservadores y algo reprimidos). Yo sí creo, y viéndolo ahora con cierta perspectiva, que traspasaban la barrera del erotismo. Tuvimos muchas críticas en esa sociedad todavía un poco inhibida pero en rápida progresión —afortunadamente para mí—. Perdía totalmente el control cuando me subía a un escenario. Era una cuestión de sinergias y ahora no sabría decir quién arrastraba a quién. Ike estaba rebosante de testosterona en aquellos años y durante un viaje a Tijuana (México) en el año 1962, me pidió matrimonio y acepté. Con él tuve dos hijos: Michael y Craig. Y no recuerdo que fuera ni buena ni mala madre. Lo fui en la medida que la vida me enseñó. No podría ponerme buena nota, pero puede que ellos no piensen igual. Tal vez esa pregunta deberían contestarla ellos. ¿No te parece?
Yo afirmo con la cabeza. Llegado a este punto, Tina se sirve un poco de agua en uno de los vasos de cristal de la mesita de fumador, bebe y contesta una llamada de teléfono, para lo cual sale de la sala y se excusa. Al cabo de tres minutos vuelve y continuamos con su biografía.
—¿Por dónde íbamos? —se pregunta—. Ah, sí… En 1971, tras hacer una nueva versión de Proud Mary —¡qué temazo, chico!—, canción originalmente grabada por la banda Creedence Clearwater Revival, ganamos un “Premio Grammy” premio Grammy a la Mejor interpretación de un dúo o grupo de R&B.  Recuerdo la emoción cuando lo recogimos y las palabras nerviosas de una voz que nunca me había temblado. Pero después, sin saber muy bien por qué, las cosas se estancaron. Trabajé en algunas películas e incluso intenté una primera escapada en solitario con mi álbum de debut titulado Tina Turns the Country On en 1974. Intentando recuperar la popularidad también acepté interpretar el papel de la Reina del Ácido  en la película Tommy. Gracias a las críticas derivadas de esta película, mi segundo álbum como solista se tituló  Acid Queen y vio la luz en 1975. No fue mal. Pero, quizás, fue un detonante para Ike: los celos y las drogas le habían ido devorando por dentro. A veces me espetaba: ¡eh, tú, seguro que ya andas por ahí con algún tío que te pellizca los pezones y te saca la minga para que se la chupes!
»Inconfundible… A las malas era un ser cruel y machista. Yo quería que se muriese, lo deseé muchas veces por su propio bien, pero Dios nunca me hizo caso… Habíamos quemado tantas mechas juntos que poco a poco nos estábamos destruyendo. No podía ser de otra manera, todo estalló y nos fuimos a la mierda, eso sí, cada uno por su lado. Fue en el verano de 1976. Casi no hablábamos; sólo una serie de gruñidos en respuesta a mis discretos intentos. Ike fue protagonista de un escándalo público cuando me golpeó y eso derivó en nuestra ruptura y separación legal. Lo cierto es que no era la primera vez, pero hacerlo tan en público y por todo lo alto fue la última. Respecto a nuestras carreras, suspendimos todos los conciertos que estaban previstos para los siguientes meses y, después, yo me lancé al vacío más sola que nunca sobre el escenario, pero a la vez muy arropada por un público fiel. Así que comencé mi carrera en solitario de verdad, no sé si corriendo en dirección a algo o huyendo de algo. Nunca lo tuve muy claro. Pero seguir cantando era mi única opción.
»Luego me dio un poco de nostalgia por mi tierra natal y compuse  —ahora no tengo claro si antes o después del incidente mediático de Ike— Nutbush City Limits (Los Límites de Nutbush), que versionaría de nuevo también en 1991. Una canción —para mí— de las más importantes de mi vida. Quizás fue a raíz de aquello, un poco antes o después, tampoco lo recuerdo muy bien, cuando alguien decidió renombrar la autopista 19 comoAutopista Tina Turner en mi honor.
»Repasar una vida en una sola tarde es complejo. Soy consciente de que me olvidaré de cosas importantes que después tú tendrás que reordenar tirando de otras entrevistas, libros y películas, pero vamos, que tienes material suficiente para este pequeño curriculum que quieres presentar a tus compañeros de Ediciona; merecerá la pena el intento, ya verás. Pero realmente no me has contado algo vital: ¿en qué consiste tu proyecto?
Y ahora el entrevistador se ruboriza y es entrevistado ni más ni menos que por Tina Turner… En fin, veamos.
—Ediciona es un proyecto donde se dan cita dos disciplinas: la literatura y la ilustración. Cada dos meses, y a votación de los interesados en participar en la convocatoria, se propone un tema y se realiza el trabajo de la escritura. Trascurridas tres semanas se somete a corrección de puntuación, estilo, forma, etc., y finalmente el ilustrador —en función de la extensión del relato— decide si incorporar una o dos ilustraciones. Después, con todo montado, se cuelga en red para que la gente vea los trabajos y juzgue si merecen la pena o no. Lo cierto es que hay mucha ilusión detrás.
—Mucha ilusión y pocos medios.  Eso me suena… ¿Y os pagan?
—No, por el momento todo se hace por amor al arte. Pero es cuestión de tiempo, todo se andará. Tina, perdona que te tutee, pero, si no te importa, es vital para mí terminar esta entrevista para presentar mi trabajo en plazo y forma.
—No te preocupes, disfruta con todo lo que hagas.
—Sí, pero… es que estamos a 28 de febrero  y no he terminado, y estoy fuera de plazo.
—Bueno, ¿y qué más quieres que te cuente?
—Pues lo más grande que te ha pasado nunca como cantante.
Durante cinco segundos Tina se queda mirando el suelo y retira una pelusa de su botín acharolado. Entonces recuerda:
—¡Sí!, vale. Una cosa para mí muy emocionante. En el año 1990 —lo veo como si fuera ahora mismo y se me ponen los pelos de punta— la imagen del estadio de Maracaná en Río de Janerio con más de 180 000 personas. Creo que superé algún record Guiness, ¡qué más da eso ahora! ¡Qué estupidez!
—No, no fue ninguna estupidez —apunto—, fue glorioso.
—Lo mejor de las actuaciones es el vértigo de poner el pie derecho en el escenario y avanzar hacia el centro para mirar a tu público y sentir su calor. Eso es electrizante. Mira, ¿ves? —Y estira el brazo para que pueda observar su piel de gallina.

—Bueno, si te parece, ya para ir rematando añadiré también que has vendido más de 200 millones de álbumes.Durante 2008 y 2009 abandonaste tu semi retiro para recorrer el mundo con tu gira Tina!: 50th Anniversary Tour, que se convirtió en uno de los más rentables de la historia del espectáculo.
—Efectivamente.
—Tus composiciones, grabaciones e interpretaciones te han hecho acreedora de diversos galardones y reconocimientos, entre ellos nueve  “Premios Grammy” premios Grammy. Tu nombre se halla en el  Paseo de la Fama de Hollywood. Fuiste nombrada por la revista Rolling Stone como «una de las más grandes intérpretes de todos los tiempos», y te colocaron en el puesto número 17, superando a músicos como Michael Jackson y Prince, entre muchos otros.
—¿Sí? Eso no lo sabía. Vaya, gracias por el dato, pero sé que Michael y Prince son grandes entre los grandes. Lo cierto es que sí quiero añadir algo ya para finalizar. Sólo espero que me recuerden por mis energéticas actuaciones en vivo, mis estrafalarios atuendos, la fuerza de mi voz y mi trayectoria musical. Y por encima de todas las cosas, quiero que me escuchen cantar con la misma furia con la que lo hacía con tan sólo quince años en los ya lejanos campos de algodón. —Y mirándome muy fijamente a los ojos añade—: No importa de dónde vienes, chico, sino a dónde quieres ir.
Y hasta aquí. Se levanta, se quita el micrófono, la petaca, los lanza sobre el sofá y me pregunta:
—¿Nos tomamos una cola Royal Crown con un chispazo de whisky?
No tengo ni idea de qué es eso ni de dónde lo pudo adquirir, pero contesto: afirmativo.


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La ilustración pertenece a Daniel Camargo.